What We Do in the Shadows, la comedia vampiresca de bajo presupuesto Nueva Zelandesa del 2014, es una de mis comedias favoritas, la he visto más de 5 veces y siempre que se me cruza browseando algún servicio de Streaming existe una alta probabilidad de que le haga “click”, poco sabía que el gran responsable de esa obra era Taika Waikiki, y tuve que esperar que Marvel lo lanzara a la fama máxima con Thor Ragnarok para conectar los puntos y confirmar que es uno de los directores de comedia más talentosos de los últimos años.
JoJo Rabbit, una nueva aventura de Waikiki ya consagrado nos invita a la Segunda Guerra bajo los ojos de Jojo, un niño alemán de 10 años que adora el nazismo al punto que vive uniformado y su mejor amigo – imaginario – es el mísmismo Adolf Hitler, quién lo apoya y aconseja día a día a enfrentar su intensa y bélica vida situada en los ocasos de la Guerra en una Alemania esperando el último golpe de los aliados.
El principal conflicto de la película es la aparición de una joven judía en el segundo piso de su hogar, situación que involucra peligrosamente como cómplice de una de las peores ofensas al estado. Asustado y complicado, comienza a tratar de conocer más de su nuevo némesis para poder destruirla, intención que poco a poco comienza a cambiar rotundamente.
Con un humor limpio ambientado en uno de los períodos más crudos de nuestra historia esta película nos enternece con actuaciones adorables y entusiastas tanto de sus personajes infantiles como adultos, con una mención especial por supuesto a un hilarante Adolf que cae en desesperación al ver el proceso de su más fiel seguidor.
Es bien difícil no encontrar puntos comunes con la gran película de Benigni “La Vida es Bella”, sin embargo Jojo Rabbit entrega otra vista, mucho más ingenua e idiota de la ironía de la guerra y la paradójica realidad de como los humanos crean una mitología maligna en su enemigo para conseguir la fuerza para enfrentar una situación totalmente antinatural.
Absolutamente recomendable, buen soundtrack, entretenido y activo ritmo. Waikiki entrega una refrescante comedia en una época donde pareciera cada vez más difícil lograrlo. Se agradece.